EL LIMBO DEL CORREDOR

Desde que acabara en noviembre el Maratón de Valencia, ando algo desorientado, sin rumbo fijo, y lo que es peor…. sin objetivos a la vista. Desde entonces, he disputado la media de Villaverde, tres entrenos “perdidos”, una carrera popular de ocho kilómetros este domingo (33:20 a 4:10 de media) y poco más. Para el próximo día 22 tengo otra media maratón en Getafe, a la que acudiré, ya que estoy inscrito, pero a partir de ahí, no tengo muy claro hacia donde encaminar mi futuro deportivo. Durante este tiempo no he tenido dolencias que me impidieran correr, físicamente me encuentro fuerte, es sencillamente falta de ganas. Me resulta complicado explicar el motivo de esta ausencia de motivación, más que nada porque lo desconozco.

Tampoco es algo que haya decidido o planeado, simplemente pasan los días, uno tras otro y cuando te quieres dar cuenta han transcurrido tres semanas desde la última vez que te calzaste las zapatillas. Tienes la sensación de que correr todos los días no es necesario, tal vez no tenga sentido tanto “machaqueo”, y te preguntas: ¿ Cómo es posible que corriera tanto hace tan solo unos meses y sobre todo… cómo es posible que tuviera tantas ganas y necesidad por correr?.





Cuando no hay objetivos de por medio, resulta gratificante salir a correr sin presiones, sin ritmos estipulados y disfrutar del entreno, pero seamos sinceros… al cuarto día estas harto de salir a correr simplemente por el mero hecho de: disfrutar corriendo. Todo tiene una finalidad, un por qué, y correr por correr, resulta placentero, pero solo a veces, pienso que tiene que haber algo más en mente cuando te calzas las zapatillas.

Necesito un nuevo reto, algún tipo de desafío que me haga salir de esta situación, quiero volver a sentir esa necesidad, esa dependencia “del correr”, aunque después de mucho divagar entre mis pensamientos, vuelvo al punto de partida sin la solución buscada….

- Bicicleta: Me seduce la idea, pero desde mi último duatlón en el que prometí no volver a coger la bici hasta tener una “burra” en condiciones, no la he tocado ni para limpiarla.

- Natación: Como complemento está bien, pero nadar todos los días me aburre…

- Gimnasio: Más de lo mismo, un buen complemento, pero me aburre más todavía.

- Deportes alternativos: Pádel, Futbol, me gusta la idea, a fin de cuentas es lo que he hecho siempre, pero hace 5 años tuve una importante lesión: rotura parcial de ligamento cruzado anterior, y por si fuera poco también el menisco. El médico decidió no intervenir quirúrgicamente y tengo prohibido este tipo de deportes, aunque también me dijo que correr no sería buena idea y aquí estoy. Francamente me gustaría echarme a la cara a semejante “ceporro” y enseñarle alguno de mis diplomas de cualquier maratón…. Todavía recuerdo la conversación y con ella la ironía de sus palabras….

- Doctor: Mientras no haya rotura total del ligamento no intervenimos…

- Javier: Pero noto la rodilla inestable y a veces me falla (esto después de 4 meses de rehabilitación por cuenta propia, horas y horas de fisioterapia, gimnasio, y mucho mucho dolor).

- Doctor: Pues la seguridad social no puede costearse una intervención de este tipo, puesto que usted se encuentra bien para hacer vida normal.

- Javier: Ya, le entiendo, pero soy deportista, toda la vida he practicado deporte y quiero seguir haciéndolo, para mí, la vida normal es aquella en la que practique deporte.

- Doctor: Pues tendrás que cambiar el deporte por jugar al mus en la taberna.

En ese instante si me da una patada en la tripa no me duele tanto como la frasecita de marras,  reconozco que me dejó la moral tocada y hundida, aunque no le guardo rencor, sin saberlo hizo que mi herido orgullo despertara… recuerdo perfectamente ese día como si fuera ayer mismo. Salí del hospital, me senté en mi vehículo y leí el informe en repetidas ocasiones, la desazón y el desánimo me invadían, sus palabras retumbaban en mi cabeza, era incapaz de contemplar  y mucho menos, asimilar la idea de abandonar el deporte de por vida. Después de la desazón vino la rabia y con ella el firme propósito de seguir con el deporte.

Existían tres opciones:

- Abandonar, en mis planes no figuraba esta idea, fue la primera en descartar.

- Operarme “vía” privado y costearme los gastos de la intervención (8000 euros), de momento la dejaría aparcada.

- Comenzar a correr, podían ocurrir dos cosas, partirme el ligamento en su totalidad y pasar por el quirófano, o recuperarme, si no totalmente, si lo suficiente como para correr sin dolor.

Obviamente elegí la tercera opción, andar, trotar, correr, primera carrera, primer 10k, primera media, un maratón, otro más, … el resto ya lo conocéis….

 Volviendo al contexto de la entrada.... Quiero seguir con el running, eso está más claro que el caldo de un asilo, lo que no tengo tan claro es como hacerlo….

Una vez descartadas las opciones de otros deportes, todo se reduce a nuevas carreras, cross, montaña, ultra o…. lo de siempre: intentar bajar marcas,

….De 40 minutos en un diez mil.

….De 1:30 en la media.

…. De 3:24 en Maratón…. por que correr más maratones simplemente por el hecho de engordar el número de carreras no acaba de llenarme.

Por otro lado, soy consciente que mi techo deportivo no debe de andar muy lejos, hay que ser consecuente con las posibilidades de cada uno y aplicando la lógica sé que por mucho que entrene hay límites o barreras, que jamás podré superar. No acaba de seducirme la idea de volver a los duros entrenamientos con el único fin de quitarle unos segundos, o algún minuto en el mejor de los casos, a la marca actual., tal vez en otro momento, pero ahora mismo… NO. La satisfacción, si se consigue el objetivo es grande sí, pero el esfuerzo también es enorme. Necesito algo más o cuanto menos algo distinto, algo que me devuelva la ilusión para entrenar con fuerza, con entusiasmo, en el running como en la vida se necesita pasión, sin pasión las cosas salen a medias o simplemente… no salen.

Mientras tanto seguiremos cavilando esperando que no tarde mucho en encenderse esa lucecita….

Fotografía http://imagenesfotos.com