El
viaje a Valencia estaba previsto desde hacia tiempo, esta vez, varios de los
amigos que normalmente se desgañitan animando, los mismos que con una paciencia
digna de elogio, hacen su maratón particular yendo de un lado a otro, iban a
tener la suerte de vivir desde dentro y por vez primera todo lo que significa
la palabra Maratón…. En esta ocasión a mi me tocaba verlo desde fuera, intentando
por todos los medios, hacerles llegar los mismos ánimos, la misma fuerza que habitualmente
ellos nos transmiten.
En
esta mi primera vez, viendo los toros desde el burladero, tenía más o menos
asumido mi nuevo rol de “animador”, era consciente que me costaría Dios y ayuda
no calzarme las zapatillas y acompañar a alguno de ellos, por lo que intentaría
vivir y disfrutar el maratón desde esta nueva óptica. Pero el maratón es
caprichoso y por desgracia para mi compañero una inoportuna lesión le impedirá
correr… el dorsal queda sin dueño…. El resto de la historia ya la conoceis.