Medio Maratón Villaverde (La crónica)

Dicen las malas lenguas, que el hombre del mazo reside próximo al kilómetro 30, en la calle Maratón, aunque de vez en cuando hace turismo y recorre las medias maratones a ver qué pilla. En la maratón de valencia pasó a mi lado, debió verme fuerte, ya que ni siquiera se atrevió a mirarme a los ojos, de todos modos y sin darle tiempo de que pronunciara palabra, recuerdo que le comenté:

- Ni lo intentes chaval, como te acerques soy capaz de quitarte el mazo y sacudirte con él.

- No, tranquilo pasaba por aquí, voy buscando corredores a los que atizar….

- Pues hala ve con Dios, camina…. que hoy conmigo no tienes nada que hacer.

Se marchó por el mismo camino por el que vino, aunque en su rostro se apreciaba una irónica sonrisa, podría decirse que incluso chulesca, a decir verdad, me dejó, si no preocupado, si contrariado, hoy he comprendido el por qué, de aquella sonrisa, hoy he encontrado sentido a aquel gesto, él sabía que volveríamos a encontrarnos, y entonces…. Se tomaría su revancha….

Hoy he disputado la media maratón de Villaverde, hasta el momento no había tenido la oportunidad de correrla, me habían hablado muy bien de ella y la verdad sea dicha, ha superado con creces las expectativas creadas. Discurre en un alto porcentaje por las afueras de la localidad y próximos a un rio, y el resto a través del casco urbano.

La organización se lleva un notable alto: precio asequible, avituallamientos cada cinco kilómetros, rápida recogida de dorsales, música de fondo, carreras infantiles, buena bolsa de corredor y numerosos voluntarios animando y haciéndonos algo más fácil la carrera.

En la salida reencuentro con muchos amigos, foreros que han acudido a la cita y algún otro que se han “pegado” el madrugón para animarnos ( Vicente y Daniel), nos contamos las intenciones y objetivos para la carrera y acto seguido hacemos los grupos, unos van a intentar el sub-1:40, otros intentarán bajar de la hora treinta.

   

A las diez en punto comienza la carrera y como es habitual…. todo el mundo a tope, en un ataque de insensatez me uno al grupo que va a intentar bajar de 1:30, sé que no voy a conseguir ni tan siquiera aproximarme, (mi marca actual en esta distancia está en 1:35), aún así me dejo llevar por la euforia, intentaré correr durante unos kilómetros con ellos y después continuaré a mi ritmo.

Hasta el kilómetro cinco, más o menos bien, noto que voy alto de pulsaciones, aunque no es de extrañar pues el ritmo medio ha sido de 4:25, primer avituallamiento, un sorbito al líquido elemento y continuo la marcha, el frio hace estragos en las piernas, la temperatura ronda los seis grados. Durante los siguientes cinco kilómetros el grupo sube el ritmo, sufro para no descolgarme, aunque continuo con ellos, hasta el kilómetro diez sacamos un parcial de 4:16, tiempo total en el diez mil: 42:45, (nueva mmp en un 10k). Al mirar el gps, pienso que es un buen registro, teniendo en cuenta que el recorrido ha tenido continuos toboganes. Las pulsaciones siguen más elevadas de lo que debieran, y las piernas no parecen las mismas de hace unas semanas. Empiezo a sopesar la posibilidad de estrellarme en esta carrera…

Poco después del kilómetro diez, a lo lejos, observo la silueta de un hombre alto, fornido, porta algo en sus manos pero no logro ver que es. A medida que me aproximo compruebo que su rostro me resultaba familiar, mis temores se confirman…. Es él, el hombre del mazo.

- ¿Pero dónde vas criaturilla?, ¿Te acuerdas de mí?, nos vimos en el Maratón de Valencia, ibas muy crecidito, ¿qué pasa hoy?

- Vale si, hoy no es mi día, atízame, lo que tenga que ser…. cuanto antes, que sea rápido por favor.….

- No me voy a cebar contigo pero entiende que tengo que darte un toquecito, es por tu bien, con el paso del tiempo lo agradecerás, se que normalmente acudes a las carreras debidamente entrenado, pero esta vez te has columpiado un poquito, ¿no crees?. No se puede menospreciar a la hermana pequeña de la maratón, sabes que sólo con ilusión y ganas no es suficiente, vosotros los maratonianos creéis que las medias maratones, son cualquier cosa y no es así, hay que tener un mínimo de respeto a la distancia y no ser tan osado.

Después de la interminable charla vino el golpe, y…. ¡Qué golpe!

Comienza con un extraño hormigueo en las piernas, continúa con unos fuertes dolores, no es el característico dolor en un punto en concreto típico de alguna lesión, es un dolor muscular y generalizado a lo largo de mis extremidades. Aminoro la marcha a la vez que intento masajearlas con mis manos, pero no disminuye, es una sensación nueva para mí, nunca antes había experimentado esto. Intento no agobiarme y analizar la situación…. Al disminuir la marcha el ritmo cardíaco también lo ha hecho por lo tanto no tiene sentido que me encuentre fatigado, de hecho, no siento ese bajón que produce la hipoglucemia cuando has acabado con las reservas de energía, entonces… ¿ Qué le pasan a mis piernas?.

A pesar del bajo ritmo, ( emplearía 17 minutos del kilómetro 10 al 13, parcial de 5:40 ) no noto mejoría alguna, al contrario, sufro mucho, en mis cinco años de runner, no recuerdo haber sufrido tanto en una media y salvo Madrid, tampoco en un maratón. Estoy experimentando la desagradable sensación de querer correr y no poder hacerlo, no entiendo nada de lo que está ocurriendo, los suaves repechos me parecen duras e interminables cuestas, las piernas no responden, no obedecen las órdenes que mi cerebro les manda. Me adelantan infinidad de corredores, me siento totalmente contrariado. Finalmente decido parar, me aparto a un lado y estiro mis doloridos músculos, los masajeo de nuevo con fuerza, me tomo un gel energético y reanudo la marcha.

Comienzo despacio, vuelvo a sentir las piernas, aunque duelen bastante parece que responden de nuevo, por fin llego al avituallamiento del kilómetro quince, estos dos mil metros los recorro con parciales de 5:10.

Tan sólo restan seis kilómetros, (en aquel momento el pensamiento fue: Todavía quedan seis kilómetros). Vuelvo a hacer un análisis de la situación, me doy cuenta que hoy, no va a ser un buen día, o por lo menos, hoy no va a ser mi día, no debí hacer una media tan próxima al maratón, hoy hubiera sido un día perfecto para intentar marca en un diez mil, pero no una media. El aspecto psicológico y emocional lo suelo tener controlado, pero hoy no controlo nada, ni siquiera eso, hoy no estoy disfrutando de lo que más me gusta, a decir verdad estoy deseando que termine este martirio. La cuestión es que, como digo, las piernas están respondiendo de nuevo, el dolor sé que me va a acompañar hasta el final, hoy definitivamente…. Toca sufrir.

Del kilómetro quince al dieciocho, más de lo mismo, aunque he subido algo el ritmo (4:50), continuo con los dolores de piernas, los cuádriceps los siento como si terminase de coronar el Everest, totalmente cargados. En el diecinueve me adelanta Juan Carlos, forero y amigo, se interesa por mí, le pongo “al día” y me anima a seguirle, mientras me recuerda que el tramo final es duro, sobre todo el último kilómetro con una pendiente considerable. Me sitúo a su par y continuamos. Parcial de este kilómetro 4:45.

El veinte lo completamos en 4:26, ahora sí, con las pulsaciones por las nubes, voy a tope, soy consciente que no tiene ningún sentido apretar a estas alturas, pero ya me da igual cometer un despropósito más. Tal vez y debido a falta de fuerzas ha salido el genio y el coraje de corredor, tal vez quiero acabar con un buen sabor de boca, o simplemente lo que quiero es terminar lo antes posible.

En efecto, el último kilómetro es duro, sobre todo los últimos metros, pero no aminoramos la marcha, Juan Carlos no para de animar con repetidos ¡vamos!, aunque también va justo.

Si hubiera tenido fuerzas me hubiera reído al escuchar:

- Tu tira que yo no puedo.

- ¿Qué tire?.... ¡Pero si voy que no me entra ni el aire!

Finalmente entramos juntos, con un parcial, este último de 4:55, y un tiempo de 1:37:58

Clasificación general 294 de 980 participantes

Puesto categoría 140

Tiempo total: 01:38

Ritmo medio: 4:38

Conclusiones:     Solo una…. Lección aprendida para el futuro.