Arrancamos… una vez más.

 

 

Pues sí, de nuevo en la brecha, a día de hoy, la lesión es solo un mal recuerdo, aunque todavía no quiero lanzar las campanas al vuelo, creo que va siendo hora de dar un paso al frente y olvidarme de una vez por todas de estos largos e interminables 106 días de parón. (Sí, los he contado)… Dicen los entendidos que una vez recuperada la lesión física, hay que tratar la mental... (Lo que viene siendo, dejar de estar con la “mosca detrás de la oreja”, cada vez que sales a trotar).

 

El blog tampoco ha estado todo lo activo que debiera y me gustaría, digamos que también él, se ha dado un respiro, a fin de cuentas es un blog de running y aunque las lesiones forman parte del deporte, no es plan de estar todo el día con la misma cantinela.

 

Durante todo este tiempo muchas sesiones de fisioterapia, mucho estiramiento, cinco o seis intentos por volver a trotar y que se quedaron en eso: sólo intentos.  Y como no podía ser de otra manera, la cancelación de todas las carreras a las que estaba inscrito.

 

La que más ha costado ha sido, la que a priori sería la gran cita del año: El Gran Trail de Peñalara. Hasta tres veces entré en la página oficial para cancelar dicha inscripción y tres veces me fue imposible hacerlo. NO fui capaz de clicar sobre ese botón que decía: “formalizar la cancelación”, y es que se me iba la vida en el intento, vamos que no pude hacerlo. Supongo que como la esperanza es lo último que se pierde, quise esperar hasta el último momento, por si se diera el caso de una recuperación milagrosa y que como era de suponer no llegó.

Esta semana siendo sincero conmigo mismo y muy a mi pesar, decidí cancelar el GTP, no tiene sentido intentar hacer 112 km con diez mil de desnivel acumulado sin haber entrenado absolutamente nada. Ya vendrán otras ediciones… Además tengo formalizada la inscripción para el UTGS (Ultra Trail Guara Somontano) en Huesca, para el mes de Octubre: 102 kilómetros, pero con algo más de desnivel acumulado, 12.200 metros. El que no se consuela es porque no quiere…

 

Durante estas últimas semanas el dolor ha desaparecido por completo y aunque contaba con el visto bueno por parte del fisioterapeuta, los fantasmas de la recaída revoloteaban sobre mi cabeza. No queda otra, había que volver a probar. Enésimo intento: algo de calentamiento, unos minutos caminando y a correr. El resultado: siete kilómetros a ritmo suave pero mantenido y…. Cero molestias!!! Bien!!!

 

Puntualizo: cero molestias en la rodilla, en el resto del cuerpo todas las del mundo, hay que fastidiarse los estragos que hace la inactividad  y el paso del tiempo sobre las articulaciones. Pasados unos días la segunda toma de contacto, con mis añorados caminos. Más de lo mismo, unos kilómetros caminando a modo de calentamiento y a correr!!!  Sorpresa,  no hay dolores!! Pues seguimos un poquito más, completo nueve mil metros, tremendamente satisfecho, agotado pero feliz, con esa sensación de quedarme con ganas de más…

 

Soy consciente que mi estado de forma ahora mismo es malo, muy malo, pésimo…, es lógico, han sido más de tres meses, aún así, necesito probarme y averiguar en qué punto exacto me encuentro. Y que mejor manera que un diez mil dándole a la zapatilla. Esta distancia siempre ha sido un buen test (para mí), es la distancia justa para probarme y sacar algunas conclusiones.

 

Y las conclusiones son las esperadas, parciales de risa, aunque teniendo en cuenta el tiempo inactivo, podría haber sido peor. Acabo exhausto, pero muy satisfecho por completar esos diez mil metros y hacerlo a una media por debajo de cinco, aunque lo verdaderamente importante es que sigo sin molestia alguna.

Imposible no emocionarse, es no tener molestias y automáticamente echar un vistazo al calendario de carreras, retos por delante tengo tantos como ilusión por completarlos, aunque de momento prefiero ser cauto e ir paso a paso. Correr, disfrutar y si surge la posibilidad de ponerme un dorsal, lo iremos viendo sobre la marcha, ahora una recaída sería complicado de digerir.

Y poco más que contar, durante este tiempo, he combatido el gusanillo de correr, con largas caminatas, natación (poca) y algo de bici. Como no hay mal que por bien no venga, le he cogido el gustillo a esto de dar pedales, el problema es que el “hierro” que colgaba de la pared del garaje valía para poco más que ir a buscar el pan… He aquí la nueva adquisición….



            Queda presentada en sociedad mi Orbei Alma H30 29

El domingo salí a probarla…. Cayeron 40 kilometrillos a una media de casi 20 km/h, no es gran cosa pero me doy por satisfecho…. Las sensaciones buenas, las piernas respondieron mejor de lo esperado, a nivel cardiovascular pues eso, sufriendo en las subidas, pero apretando el “culete”, conseguía no quedarme rezagado con la bestia parda que me marcaba el ritmo. Y hablando de culete… madre de Dios!! Como duele las horas siguientes jeje, la falta de costumbre se nota también aquí, a pesar de todo muy contento porque del dolor de rodilla ni rastro. Seguimos…..