TRAIL PEÑALARA 60K- (SEMANA 3/5)

Se terminaron las dudas, puntualicemos, se acabaron las dudas en lo que a planteamientos y estrategias de carrera se refiere, las dudas sobre si terminaré o no, esas siguen intactas.

Después de la última incursión en la montaña, tengo claro que…, si existe alguna posibilidad de llegar a meta, esta pasa por ser muy muy, pero que muy conservador, y sobre todo manteniendo mi ritmo, es decir: un ritmo lento. Así lo hice el sábado, y no me fue del todo mal, no solo disfruté infinitamente más que el anterior fin de semana, en el que por intentar seguir la estela de mis amigos, sufrí lo indecible, sino que además las sensaciones fueron francamente buenas. A pesar de completar, en esta ocasión, bastantes más kilómetros y alcanzar desniveles mayores, el ánimo ha salido muy reforzado después de este entreno, de acuerdo que con el ánimo solamente no se sube, pero si ayuda, y no es lo mismo tenerlo bajo o alto.

 

- LUNES: Paseito de 5 km para soltar piernas.

 

- MARTES: Visita al fisio para que eche un vistazo al tobillo, dos apretones por aquí, cuatro meneos por allá y vendaje funcional a modo de prevención, aunque limita algo el movimiento del mismo, me aporta seguridad, además de reducir considerablemente las posibilidades de nuevas torceduras.

(el día de la carrera posiblemente los tobillos vayan vendados)

Esa misma noche sesión suave de bicicleta estática, 1:20 horas para 30 km.

 

- MIERCOLES: Más de lo mismo, bicicleta estática, carga mínima y mucha velocidad, hoy quiero subir de pulsaciones y trabajar a nivel cardiovascular,  además me apetece marcarme una sudada de esas que te dejan nuevo, salen 1:15 horas y 35 km.

 

- JUEVES: Gimnasio, 20 minutos de bicicleta estática, 1 hora de “maquinitas” para el tren superior, y 25 minutos de elíptica…. Acabo muerto, sin fuerzas ni para desabrocharme las zapas, pero contento….

- VIERNES: Descanso

 

- SABADO: De nuevo al monte, hoy tenemos la tirada mega-larga de este mini plan exprés, la idea en un principio es hacer 34 km, con aproximadamente 3000 metros de desnivel acumulado, como digo esa es la idea, luego ya veremos que sale…

Como la zona de la Barranca, Cercedilla, o la pedriza la tenemos más “pateada”, decidimos acercarnos hasta Rascafría, precisamente desde esta localidad partirá nuestra carrera y conocer el terreno nos vendrá bien, además  saldrá un entrenamiento exigente, que es lo que buscamos.

A las 8 de la mañana ya estamos dándole a la zapatilla, el desnivel comienza desde los primeros 50 metros, aquí no hay un respiro que valga!!, comenzamos trotando, continuamos corriendo y como tengo reciente la mala experiencia del finde pasado, no me cebo y aminoro la marcha. Camino cuando creo que debo hacerlo y consigo hacer una ascensión  de 10km más o menos digna, hasta el Puerto del Reventón. El esfuerzo no ha sido titánico pero si considerable, por lo menos he podido levantar la vista del suelo y contemplar el paisaje, la subida bonita, con tramos entre arboles, otros por caminos bastantes corribles y otros entre la maleza. Las pulsaciones y las piernas mejor que el finde pasado.

Aquí me esperan mis compis, comemos algo, bueno como yo, ellos se dedican a gastarme bromas:

- Vamos niño!! Que ya casi hemos hecho la digestión…

- Mamones!!!!!   J

El sol comienza a apretar de lo lindo, olvidé la gorra, error de principiante, ya me vale!, comenzamos la segunda ascensión otros 7 km, éstos de mayor dureza y algo más técnicos.. Pues nada para arriba, más de lo mismo, los máquinas de los colegas vuelven a alejarse. En estas altitudes ya no hay árboles, por lo que en todo momento tengo contacto visual con ellos y eso como que ayuda… Mantengo el ritmo, los bastones mis mejores compañeros, hay que fastidiarse lo que ayudan y así, al tran tran, con ese paso cortito pero constante, trotando cuando el terreno lo permite y caminando/escalando cuando no hay otra, consigo llegar a la cima.

La llegada arriba sencillamente espectacular, es una sensación única, mezcla de satisfacción con uno mismo por el esfuerzo realizado y bienestar por la paz y el sosiego que sólo allí encuentras. No hay nada como sentarse allí, en cualquier piedra, en lo más alto, y disfrutar del paisaje, y sentirse afortunado por estar allí justo en ese instante.

 

Una vez terminado el momento Zen, y después de regresar a la tierra, y reponer fuerzas, me doy de bruces con la cruda realidad, estoy sin agua, pues que bien!! el comodín del publico tampoco vale, los compis están igual que yo.

Nefasta gestión la que hemos hecho todos con el liquido elemento, llevamos cerca de cuatro horas y queda todo el descenso, mínimo otras dos horas….

No sé en qué momento ha “caído” el litro y medio que llevaba en la camelbak, más otro tercio de una pequeña botella. El sol apretando de lo lindo, estaremos próximos a los 34 grados, la boca como una alpargata, ni de coña llego en estas condiciones. Hay nieve para aburrir, y aunque no llevamos pastillas potabilizadoras, no me arriesgo a una deshidratación, confío en mi estómago….(aunque con la racha que llevo este año, fijo que si bebo del rio me trago una rana).

Aparto las capas superficiales de nieve y relleno la botella prensándola bien, en pocos minutos con el calor que hace estará derretida. A la media hora de bajada, estaba repitiendo la misma operación en otro nevero. Y a la hora bebiendo directamente de un rio, cierto es que el agua estaba cristalina.

Con todo y con eso el descenso se hace largo y muy pesado, cada cierto tiempo dejamos de correr y caminamos para bajar algo la temperatura corporal, el calor es sofocante, la sensación de sequedad en la boca es considerable, finalmente llegamos, vamos directos al coche, nos bebemos dos botellas de agua que estaban ardiendo pero que nos saben a gloria.

Lo que se suponía un tramo disfrutón en la bajada, se ha convertido en un calvario por la falta de agua, lección aprendida para el futuro. De todos modos hay que j….. fastidiarse que el finde pasado tuvimos que abortar la ascensión a falta de un kilómetro, como consecuencia de la espesa niebla, de la lluvia y sobre todo de un frio propio del mes de enero y seis días después, nos encontramos totalmente achicharrados por el sol.

Los números : 32 Km. en unas seis horas y algo menos de 3000 metros desnivel acumulados.

Luego cayeron otro litro más de agua, y otro de cerveza y dos coca-colas… y durante la tarde calculo que otros tres o cuatro litros más, una sensación “rara” la de estar con sed constantemente….

 

 

- DOMINGO: Descanso, sorprendentemente las piernas no están cargadas, no hay agujetas, ni molestias de tipo alguno… Bien!!!!

 

Felices Kilómetros