M. A. M.

Estas siglas corresponden, al que algunos califican como el maratón más duro del mundo…

Un maratón con 5300 metros de desnivel acumulado…

Un maratón con el 75 por ciento del recorrido por encima de los 2000 metros de altitud y con la cota máxima situada en los 2.430 metros…

Un maratón con el 70 por ciento del recorrido sobre una superficie técnica o muy técnica…

Un maratón que, por su dureza, entra dentro de la lista de carreras puntuables para la participación en el rey de todos los ultras: el Ultra Trail Du Mont Blanc….

Un maratón con un tiempo límite para realizarlo de nueve horas, y con tiempos de paso de 2:45 horas para los 15km y 4:45 horas para los 28km…no vale con llegar, hay que correr…

Un maratón con un máximo de 400 participantes, (inscripciones agotadas el pasado año en tan solo 6 horas)…

Un maratón que ganó Miguel Heras el año pasado con un estratosférico registro de 4 horas

Este es el M.A.M, este es el Maratón Alpino Madrileño.

Si a todo lo expuesto le sumamos, que falta para dicho maratón tan solo 30 días…. Que por otro lado ya tengo un importante reto entre manos (por lo menos para mí lo es), el resultado ante la idea de plantearse la participación en esta nueva aventura, en efecto…. es de locos.

Aún siendo “de locos”, no voy a hacer locuras, lo prometo (dicho queda), no voy a forzar hasta el límite y mucho menos sobrepasarlo, tampoco voy a ser hipócrita y contar que me conformaré con hacer 20 kilómetros, intentaré llegar lo más lejos posible, y si tuviera la suerte de terminar será algo increíble, pero si por el contrario solamente puedo completar 20, 25 o los kilómetros que sean, también lo daré por bueno. Resumiendo….que no supondrá ninguna tragedia el tener que abandonar, (a decir verdad lo veo más que probable). Como dice una buena amiga: no tengas miedo a fallar, ten miedo a no intentarlo…

¿El por qué de embarcarme en esta aventura?, pues desconozco el motivo, la única explicación, (que tampoco considero lógica) es que siento la necesidad de hacerlo, o por lo menos de intentarlo. Desde hace un tiempo, mis incursiones en la montaña han pasado de esporádicas a habituales, con ellas estoy disfrutando como no lo había hecho antes, tal vez esa sea otra razón, simplemente por el disfrute de estar y sentir la montaña. Además la prometí amor y fidelidad y creo que ha llegado el momento de devolverla todo lo que cada fin de semana ella me regala.

El 17 de Junio, si todo va como debiera, alli estaré

Dejo un video realizado por un corredor "rubilloline" en la edición 2011, recomiendo verlo, sobre todo a partir del minuto 5:40

En cuanto a entrenamientos se refiere, estoy contento y muy satisfecho: por el volumen de los mismos, por como los estoy asimilando, (he acortado mucho el tiempo de recuperación después de una tirada larga) y sobre todo por la ausencia de molestias y lesiones (tocaremos madera). Estas salidas continúan en torno a las cuatro horas y media con ritmos controlados y por lo tanto con pulsaciones muy bajas.

Hablando con un amigo con experiencia en la ultradistancia sobre tiradas largas y después de explicarle como las estoy enfocando, le expongo mis dudas sobre cómo se comportará mi cuerpo pasados esos 45 o 50 km. Me comenta que no es aconsejable hacer muchos más kilómetros de los que realizo en una sola salida y que puede llegar a ser contraproducente. Según me cuenta, sería interesante hacer una segunda tirada larga justo el día siguiente a haber realizado una, con esto simularemos la segunda parte de los 100km o por lo menos tendremos sensaciones parecidas.

Por otro lado desde hacia unas semanas me rondaba por la cabeza la idea de hacer un rodaje nocturno, así que aprovechando que el domingo hice una tirada por la montaña sobre las tres horas y media y que el martes fue fiesta y no había que madrugar, el lunes era el día perfecto para salir de noche. Llamada telefónica a Rafa, (el último fichaje del equipo), mochilas a las espaldas, frontales en la cabeza y al lio….

Los primeros kilómetros se hicieron…. No duros, pero si difíciles, costó coger el ritmo, las piernas estaban algo más rígidas de lo normal, sin la frescura habitual, pero a medida que fueron pasando los kilómetros, me fui encontrando mejor, al final fueron otras tres horas de correr-caminar-correr. Los dos últimos como loco por llegar a casa, sin dolores pero agotado, con la sensación de estar totalmente vacío, aunque feliz y satisfecho.

Correr de noche con la única luz que proporciona el frontal, me dejó buenas sensaciones, en un principio cuesta acostumbrarse y se hace “raro” ver únicamente unos metros por delante. La luz del frontal produce el efecto de “aplanar” el terreno y las irregularidades de éste no se perciben como de día, aunque con el paso de los kilómetros, la vista se acomoda y se corre más o menos bien. Disfruté mucho de la naturaleza, de la multitud de animales que nos encontramos, conejos, lechuzas, del frescor de un riachuelo próximo, pero sobre todo del silencio, sin lugar a dudas volveremos a tener salidas de este tipo, las recomiendo.