Viernes
tarde, rumbo a Huesca, la maleta repleta de ilusiones, ganas y entusiasmo, también
hay sitio para la fuerza y los ánimos de amigos, que por cierto han sido muchos
más de los esperados y eso siempre se agradece.
El
cierre de dorsales está previsto para las nueve y media de la noche, llegamos
con tan sólo quince minutos de margen, aunque se podrían haber recogido por la
mañana, mejor dejarlo todo solucionado esta noche. En cinco minutos todo listo,
claro solo estamos nosotros, es lo que tienen estas carreras con 300
corredores. Una vez comprobados los datos, nos hacen entrega del dorsal, del
chip de deberemos llevar durante carrera y a su vez pasar por los lectores en
cada control, la pulserita con el código de barras que nos identifica en todo
momento, una botella de vino, otra de aceite, plano de la carrera, publicidad y
una camiseta bastante chula, de esas ajustadas que deben cortar la respiración,
y digo “deben” porque yo como no adelgace 15 kg, no creo que pueda meterme dentro
sin parecer una morcilla o morir en el intento.
La
organización nos invita a cenar (previo pago de diez euros por cabeza), a un
buen plato de macarrones, pollo y postre. Buen ambiente durante la cena. Paseo
de quince minutos para bajar la cena y a dormir. Antes revisión de todo el
material: el necesario, el obligatorio, el recomendable, y otra mochila, con lo
que cada uno crea conveniente y que la organización nos llevará al km 45 en
Rodellar.
Y
ya lo creo que dormí, pero como hacía tiempo y la verdad es que me extraña, en
primer lugar porque yo soy don nervios y sobre todo por la experiencia de carreras
pasadas y menos importantes donde me han dado las tantas con los ojos como
platos… raro, raro, raro.
A
las seis de la mañana canta el gallo, pues arriba, me espera un plato de arroz
con atún, que es lo que normalmente desayuno en carreras de este tipo. Plato
que se queda intacto en la mesa, no me entra ni un solo grano de arroz, uy uy
uy, de nuevo raro, raro, raro. Los que me conocen saben que yo si me tengo que
comer un cocido antes de correr me lo como y tan feliz… Bueno pues un cafelito
con leche y para la salida…
Y
aquí estamos, a punto de dar (intentar) ese salto de calidad, para el que hemos
entrenado, (menos de lo que me gustaría), pero que leches, hay que intentarlo.
No es la salida de otra media, de otro maratón mas, ni tan siquiera de otro
ultra más, hoy voy a tomar la salida en el reto más importante desde que gasto
zapatillas. Ya pasé hace un tiempo la barrera de los cien, eso sí, sin apenas
desnivel, también he corrido por la montaña acumulando bastante desnivel pero en
tan solo 60 Km, Hoy toca unir desnivel y distancia y hacer esas dos carreras en
una. Creo que estoy preparado, hoy hay que estarlo, aquí no vale lo de tener
muchas ganas e ilusión, tampoco lo de tener buena cabeza, ni tan siquiera
tenerlos como el caballo de Espartero, todo esto como complemento está bien,
pero hoy como no hayas entrenado, ya te puedes dar por jodido. Incluso haber
entrenando como una mala bestia no te garantiza que vayas a cruzar la línea de
meta, esto es así, duro pero tremendamente tentador…
¿El plan para hoy? Pues
sencillo: correr, trotar, caminar, vibrar, sufrir, sentir, disfrutar de la
montaña, de los amigos, de los corredores, de todo aquello que la carrera y la
montaña me tenga guardado y que a buen seguro serán un montón de sensaciones,
buenas, malas regulares, ¿qué más da? La cuestión es sentir.., de eso se trata.
Hoy la presión es cero, inexistente, hace exactamente tres semanas estaba sin
poder caminar, casi un mes entero, inmerso en un mar de dolores y con la
certeza de no poder disputar esta carrera, por lo que encontrarme en este
instante en la salida lo considero un regalo, a decir verdad me siento un
privilegiado. Además hoy voy a contar con la inestimable ayuda de mi gran amigo
Jesús, hoy tenemos un pacto que cumpliremos a rajatabla: salvo causa de fuerza
mayor, hoy salimos y llegamos juntos. Por delante las tres bestias pardas del
resto del grupo Rafa, Vicen y Alberto, pero estos juegan en otra liga, nosotros
a lo nuestro.
Distancia:
8,5 km.
Desnivel
positivo: 460 mts.
Desnivel
negativo: 471 mts.
Cuenta
atrás y a correr… Si sí, a correr, el primer kilómetro discurre por la
localidad de Alquezar, calles empedradas con unas pendientes que asustan, pero
como digo los nervios y la emoción del momento hacen que todos echemos a correr
como si lo fueran a prohibir. Nada más salir del pueblo subimos al collado de
San Lucas, todos caminando y en fila de “a uno”. Impresionante observar la
serpiente de luces que se forma delante y detrás de nosotros, el contraste de
los frontales con la noche cerrada es algo digno de ver. Amanece coincidiendo
con un descenso que nos lleva directos hasta el emblemático puente de
Villacantal.
Y
de nuevo a subir…La euforia, las bromas y tener las piernas deseosas por
devorar kilómetros hace que completemos los primeros quinientos metros de
desnivel positivo casi sin enterarnos. Toca descender y lo hacemos rápido,
mucho más de lo previsto, el plan a priori es no malgastar más energía de la
necesaria, pero que leches!! Correr un poco nos vendrá bien para soltar toda
esa adrenalina acumulada. Llegamos al primer punto de control, tengo la
sensación que este primer tramo de casi 10 km ha sido un calentamiento y eso me
gusta, un traguito de agua, sacamos el plan de ruta, tachamos la primera etapa
y comprobamos que la segunda es un pequeño paseo.
Segunda Etapa: Asque – Alquezar
Distancia:
5,7 km. Acumulado: 14,2 Km
Desnivel
positivo: 250 Mts. Acumulado: + 710 Mts.
Desnivel
negativo: 239 Mts. Acumulado: - 710 Mts.
Viendo
y analizando la ruta este tiempo atrás, comprobamos que este segundo tramo es
uno de los más bonitos de la carrera, estoy deseoso por llegar a él y recorrer
todas esas fotografías vistas en internet cientos de veces. Continuamos con un
pronunciado descenso hasta el rio Vero, mientras un sol radiante nos da la
bienvenida, el sonido que produce el agua en su descenso al golpear las rocas,
se convierte en la mejor música que mis oídos pudieran escuchar, subidón en
toda regla, si señor!! Recorremos lo que se conoce como la ruta de las
pasarelas, una auténtica delicia trotar por este entorno. A pesar de llevar tan
solo una docena de kilómetros me invade una agradable sensación, hoy… pase lo
que pase en carrera, sólo por haber disfrutado de este tramo ya ha merecido la
pena llegar hasta aquí. Los entrenamientos, los dolores, la angustia que me
produjo tanta incertidumbre, el viaje; independientemente de lo que hoy me
tenga deparado la carrera ya me puedo dar por satisfecho, miro a Jesús y sus
ojos me confirman que sus pensamientos no distan mucho de los míos, esto es la
caña niño…
Hoy
decidí no usar el gps, entre otras cosas porque las baterías no aguantarían
toda la carrera y sería un incordio más que otra cosa, además éstas andan ya de
aquella manera, vamos que cualquier día se me van donde van todos los garmin
cuando mueren.
Con
tantos estímulos externos los kilómetros pasan uno tras otro sin darnos cuenta,
estamos a punto de llegar de nuevo a Alquezar donde se encuentra el segundo
puesto de control y un avituallamiento de los que la organización califica
como: “completo”. El estómago pide comida, pienso en comer algo pero como falta
poco para llegar decido esperar. Y en efecto enseguida llegamos, el sol
calienta más de lo que debería, sobre todo teniendo en cuenta las horas del día
en las que nos encontramos. Y allí está: La sandía..., joder como en todos los
ultras, creo que no hay nada más rico que una sandia fresquita en un
avituallamiento, también “caen” dos naranjas, medio plátano y unos frutos
secos.
Tercera Etapa: Alquezar – Viña
Distancia:
12 km. Acumulado: 26,2 Km
Desnivel
positivo: 885 Mts. Acumulado: + 1.595 Mts.
Desnivel
negativo: 643 Mts. Acumulado: - 1.553 Mts.
Comenzamos
la tercera etapa despacio, cargados de moral y comida, sabemos que ésta será
algo más dura, más larga y sobre todo con bastante desnivel, como no tenemos
prisa nos lo tomamos con mucha calma. Dejamos atrás, una vez más, Alquezar, es
hora de los ca-cos, es hora de desempolvar mis nuevos bastones. La carrera
discurre entre barrancos, las zonas corribles las corremos, a decir verdad,
pistas hay pocas por no decir ninguna y las que nos encontramos están llenas de
piedras sueltas. Compartimos carrera con algunos corredores que se encuentran
haciendo la long-trail (50km). La ascensión es constante, aunque menos técnica
de lo que me imaginaba. Físicamente me encuentro genial, las pulsaciones
también más bajas de lo esperado, y si las cuestas no me parecen tan duras como
las imaginaba... una de dos: o he entrenado bien, o me las imagine más
complicadas de lo que realmente están siendo.
Coronamos
el collado, a Jesús le veo fuerte, va como un tiro, alternamos posiciones,
aunque normalmente es él, el que va delante abriendo camino. Tal vez, bueno tal
vez no, estoy convencido, que hoy podría estar ocupando posiciones más
adelantadas en carrera.
Tenemos
por delante un descenso de aproximadamente cinco kilómetros, que nos llevará de
nuevo al barranco de Modovil. Descenso éste que se hace muy disfrutón, las
piernas están respondiendo muy bien a los constantes cambios de subida y
bajada, los dolores inexistentes, ni tan siquiera molestias. Hace tanto tiempo
que no corro sin molestias que ya ni me acuerdo de la última vez, increíbles
sensaciones, además noto las piernas fuertes en la bajada. En algunos momentos
corremos muy muy rápido, más de lo que debiéramos, ya no por la velocidad sino
por el camino que transitamos, algún que otro pequeño susto nos recuerda que no
podemos bajar la guardia en ningún momento, que debemos permanecer concentrados
constantemente… Y como todo lo que empieza acaba, el descenso también lo hace,
y sin darnos tregua ni tiempo para asimilarlo, comienza otra subida, pero se
hará leve, por que el siguiente puesto de control y avituallamiento está cerca.
Antes debemos pasar por la ermita de la Virgen de Viña, la carrera ya está
totalmente partida, transitamos solos, supongo que a estas alturas de carrera,
cada corredor ya ocupa el puesto que le corresponde, con lo que encontrarse con
alguno resulta complicado.
Llegamos
a Viña, pasamos el chip y decidimos hacer un descanso algo mayor, aquí si nos
reagrupamos bastantes corredores, cambiamos impresiones, unos cuentan sus
dolencias, otros, los más veteranos, advierten de lo que viene a continuación,
los voluntarios increíblemente atentos con todos nosotros, nos regalan ánimos y
aplausos a nuestra llegada, además de no parar de partir fruta, nos llenan los
bidones con agua o bebida isotónica según pidamos, como siempre un once sobre
diez para todos ellos.
Aprovechando
el parón decido reponer fuerzas con algo más sólido, medio Sándwich de jamón cocido con queso y otro medio
de mantequilla y mermelada. Mientras lleno la barriga, comento con Jesús la carrera, sus sensaciones
son parejas a las mías, lo cual me alegra y me hace pensar que encontrarnos tan
bien no es un espejismo sino el resultado de los todos los entrenamientos
realizados.
A los 15 minutos decidimos poner rumbo al Collado de
las Almunias…
Cuarta Etapa: Viña – Collado de las Almunias.
Distancia:
8,1 km. Acumulado: 34,3 Km
Desnivel
positivo: 549 Mts. Acumulado: + 2.144 Mts.
Desnivel
negativo: 549 Mts. Acumulado: - 2.102 Mts.
Llevamos
algo más de cuatro horas de carrera, las fuerzas están intactas, no han
disminuido, la ilusión en cambio sigue en aumento, todo está saliendo a pedir
de boca, el disfrute no puede ser más grande, me siento feliz. Miramos el mapa,
ocho kilometrillos niño, esto nos lo ventilamos nosotros en un plis-plas,
además son casi todos favorables y vamos a transitar por otra zona de las
bonitas, pues vamos al lio.
El camino es estrecho,
con constantes zigzagueos, muy divertido y corrible aunque como hasta ahora
seguimos prestando mucha atención a piedras y raíces. No falta algún que otro
pequeño repecho que incluso nos viene bien para no cargar tanto los cuádriceps
en la bajada. El camino unas veces se adentra y otras nos lleva al borde del
acantilado desde donde podemos disfrutar de unas vistas increíbles. El camino
está perfectamente balizado, por la organización y por las rutas ya creadas,
todo perfecto hasta que me tropiezo con una raíz, no beso el suelo de milagro,
pero el golpe en el dedo pulgar ha sido considerable, gracias al refuerzo en la
puntera de las salomon todo queda en un susto y en la uña un poco morada,
aunque duele no me impide seguir corriendo.
El
descenso finaliza llegando a otro punto clave de carrera, clave por su belleza
y porque lo estábamos esperando como agua de mayo, los afluentes del rio Isuala.
Son algo más de las doce de la mañana y el calor ya es considerable, llevamos
tiempo imaginándonos con las piernas metidas dentro de sus aguas heladas.
Cuando llegamos a este punto nos encontramos con gente haciendo barranquismo,
trajes de neopreno, cascos, cuerdas, arneses… Jesús y yo nos miramos, no hace
falta mediar palabra para saber dónde vamos a terminar.
Fuera
mochilas, zapatillas, calcetines, el agua helada que nos vendrá genial para las
piernas. Dije ¿piernas?, pues eso creía que íbamos a hacer…. cuando me quiero
dar cuenta Jesus está buceando, madre de Dios!!! Pegándose un baño en plena
carrera!! Esto es inaudito, yo me conformo con refrescarme las piernas, entre
otras cosas porque no creo que aguantase un agua tan sumamente fría. El examen
podológico lo apruebo con nota, todo está perfecto salvo la uña del dedo pulgar
que ha cambiado a un color morado pero que curiosamente no duele.
Quince
minutos más tarde (que se dice pronto), y haciendo un alarde de “valor y
coraje” decidimos poner fin al baño matutino, nos hubiéramos quedado allí toda
la mañana, baño, picnic, siesta…, joder que estamos en plena carrera!!! Comemos
algo, nos volvemos a calzar y vestirnos y comenzamos la ascensión hasta el
siguiente puesto de control que se encuentra a escasos tres kilómetros. La
sensación en las piernas y sobre todo en los pies es increíblemente
reconfortante, el agua helada nos ha venido de maravilla y aunque nos
encontrábamos bien, ahora lo estamos mejor. Llegamos al avituallamiento,
pasamos el control, los voluntarios nos dan la bienvenida con aplausos,
increíble!!! Es una zonza sombría, tienen una mesa con sillas, pues para comer
de pié… mejor nos sentamos… lo de siempre: fruta, agua, frutos secos.
Nos
advierten que la ascensión siguiente es dura y la bajada hasta el siguiente
puesto de control muy técnica, aunque lo peor puede ser el calor que está
haciendo, además durante el siguiente tramo no vamos a encontrar ninguna
sombra. Damos por buenos y agradecemos sus consejos, diez minutos después
ponemos rumbo a Rodellar.
Comenzamos
a subir por una pista en buen estado, aunque con mucha piedra suelta se camina bien, llevamos un buen ritmo ayudados
por los bastones, esperamos el tramo duro que no termina de llegar, nos miramos
con cara de: ¿Pues no es muy duro no?. El sol calienta de lo lindo, tenemos (y
digo tenemos porque los dos sentimos lo mismo), la sensación de que de repente
la temperatura acaba de subir diez grados de golpe, no corre ni gota de aire,
el calor comienza a ser sofocante. Tengo la sensación parecida a la que se
tiene cuando entras en una sauna, comienzo a sudar a lo bestia, estoy
totalmente empapado, la mirada clavada en el camino, las gotas de sudor caen al
suelo una tras otra sin cesar. Bebemos con mucha frecuencia, casi
constantemente, con esta sudada no tardaríamos mucho en deshidratarnos.
Decidimos bajar el ritmo, aunque de piernas vamos bien si forzamos vamos a
sudar más todavía y esto comienza a ser preocupante. Miramos al cielo en busca
de alguna nube que nos diera esa sombra que ahora mismo nos daría la vida, un
poco de lluvia ya sería la leche, pero no vamos a tener esa suerte.
Este calor comienza a
agobiarme, y esto sí que es raro en mí, me encanta correr con calor, es una
sensación que me gusta, el año pasado en la subida al pico Veleta llegamos a
los 35 grados y no tuve esta sensación de calor que tenemos ahora, hoy, con
menos temperatura la sensación térmica
es mucho mayor. No pensaba yo utilizar el mp3 hasta por la noche, de hecho lo
llevaba encima pensando en esas horas sin luz, donde no es raro tener algún que
otro bajoncillo, pero creo que ha llegado el momento de pensar en cualquier
cosa que no sea el calor.
Durante
el descenso recuperamos, no sensaciones pues estas son buenas, pero si
temperatura corporal, si el ascenso dura un par de kilómetros más, nos cocemos
vivos. El descenso se hace muy
divertido, corremos rápido, sin perder nunca la concentración pues hay piedras
para regalar, a veces tengo la sensación de estar corriendo por una cantera,
vamos que no me extrañaría lo más mínimo si nos topásemos con un minero. En
ocasiones disfrutamos de algo de sombra, hay tramos corribles, otros muy
técnicos, Jesús se aleja, no quiero forzar más de la cuenta y volver a tener
otro tropezón o alguna caída. Al poco me encuentro con él, de nuevo con
calambres, y de nuevo masajeando el dichoso aductor, aprovecho para beber algo,
la mochila ya sin rastro del agua, volvemos a correr y de nuevo vuelvo a
perderle de vista, prefiero continuar a mi ritmo.
Transito
por una zona de prados delimitados por vallas de piedra, señal inequívoca, el
pueblo está cerca y el avituallamiento también, siento alguna que otra nausea,
puedo escuchar el jolgorio del pueblo, no debo de estar a mas de cien metros
del puesto de control, dolor de estómago, ganas de vomitar, no entiendo nada…
Decido caminar, inclino el cuerpo para vomitar pero soy incapaz de hacerlo, al
incorporarme viene el primer mareo, uy uy uy, decido parar y sentarme sobre una
piedra que parece que la organización ha puesto allí para mí. Una pareja de
corredores se detiene, me pregunta si está todo bien, les comento que sí, bueno
creo que sí, me he mareado un poco, sólo es eso.
A veces ocurre, es esa
sensación parecida a la que se tiene cuando estas sentado o tumbado y te
incorporas rápidamente y la cabeza parece que se va, pierdes un poco la
coordinación, se nubla un poco la vista y a los pocos segundo todo vuelve a la
normalidad. Pues eso mismo con la diferencia que ahora me ha durado un par de
minutos. Vuelvo a la postura vertical y comienzo a caminar, cincuenta metros
después, giro a la derecha, el sendero se convierte en un camino asfaltado que
me lleva directo al puesto de control.
El
mareo no cesa, las ganas de vomitar tampoco, necesito dos cosas, una coca-cola
helada y tumbarme, la coca “cae” de un trago. En este punto se encuentra la
mochila que dejamos en la salida y que la organización nos ha traído hasta
aquí, en ella, ropa seca, otras zapatillas, el frontal, algo de comida… Yo
únicamente veo que la mochila tiene la forma perfecta de una almohada, busco
una sombra y me tumbo, inconscientemente pongo las piernas en alto, cierro los
ojos, joder que delicia, creo que podría dormirme ahora mismo. Noto que alguien
me coge las piernas y las levanta más todavía, abro los ojos es una enfermera
que me pregunta cómo me encuentro, la digo que bien que ahora mismo estoy en la
gloria, me repite constantemente que no cierre los ojos, que estoy bien de
veras, ahora mismo lo que me apetece es dormirme. Otro enfermero me toma el
pulso, después la presión arterial, 8-6, - está baja, le comenta a la doctora,
ésta responde con un: pínchale para analizar la glucosa… Por un momento me
siento agobiado, pero joder si yo estoy bien, si ya me he tomado una coca y
debe de estar haciendo efecto, que solo quiero estar aquí tumbado a la sombra
tranquilito con los ojos cerrados, que no necesito nada mas…
La
doctora insiste, quiere que me reincorpore, pues nada a levantarse, joder ni
descansar le dejan a uno, me mira a los ojos, mientras me pregunta por enésima
vez como me encuentro, me vuelvo a marear, la digo que estoy bien. Me vuelve a
increpar: - En estas condiciones no puedes seguir, no hace falta escuchárselo
decir, veo en sus ojos la preocupación por mi estado. No, No, tranquila que no
continúo, la contesto. Parece que se tranquiliza….
Deambulo
por la zona intentando recuperar mi estómago, ese que yo creía estaba diseñado
a prueba de bombas, ese que siempre me ha permitido comer y asimilar todo lo
que le echase dentro, ese que yo consideraba mi punto fuerte en las carreras. Mientras
camino, intento buscar una solución al problema, pero para encontrar una
solución antes necesito saber la causa, el motivo que me ha dejado tocado y
casi hundido.
Tal
vez haya sido un corte de digestión, o un golpe de calor, tal vez beber tanto
líquido ha hecho que el estómago se cierre en banda y no me deja comer, intento
vomitar, tampoco puedo hacerlo, definitivamente hoy el estómago me ha declarado
la guerra.
Lo
que tengo claro es que no ha sido como consecuencia del esfuerzo, en primer
lugar porque me encuentro bien físicamente, además no tengo síntomas de
cansancio ni fatiga muscular, no ha habido pájaras que valgan y en segundo
lugar porque no hemos forzado más de la cuenta. De acuerdo que llevamos 45
kilómetros y ocho horas de ejercicio, pero no lo considero suficiente para
justificar esta nueva y desagradable situación. Intento comer algo del
avituallamiento, cada pequeña porción de alimento que me llevo a la boca,
provoca una casi instantánea nausea, joder vaya gaita!! Finalmente puedo meter
entre pecho y espalda dos trocitos de sandia.
Sexta Etapa: Rodellar – Letosa.
Distancia:
14,8 km. Acumulado: 58,60Km
Desnivel
positivo: 975 Mts. Acumulado: + 3.874 Mts.
Desnivel negativo: 701
Mts. Acumulado: - 3.591 Mts.
Salimos
tranquilos del pueblo, saboreando todavía el tercio que nos acabamos de tomar,
si es que lo que no arregle una buena cerveza fresquita… Sé que debo comer en
cuanto me encuentre mejor, llevo ya muchas horas sin ingerir nada y el pajarón
puede ser de record, de momento no me obligo a comer y me limito a seguir los
pasos que Jesús me va marcando. Hemos comenzado con una bajada importante
aunque la gestionamos bien. Nos encontramos con dos corredores en dirección
contraria a la nuestra, regresan al punto que acabamos de dejar atrás, uno sin
fuerzas y otro sin ganas, compartimos una breve charla con ellos y continuamos
con nuestro camino, antes de partir nos desean suerte.
La
siguiente media hora, o tres cuarto de hora, o la hora y media, yo que sé, aquí
arriba se pierde la noción del tiempo, discurre de igual manera, mas subidas,
mas bajadas, vuelvo a intentar comer, con la misma suerte, o en este caso con
la misma mala suerte, nauseas, arcadas, y una sensación de repugnancia a todo
lo que tenga que ver con la comida. A Jesús los calambres le van dando
“cuartelillo” aunque de vez en cuando tiene que parar en seco y rápidamente
estirar y masajear la zona, los calambres se suceden cada vez con mayor frecuencia.
Recuerdo
que en la mochila llevo una bolsita con una mezcla de sales en polvo, sodio,
magnesio, también L-glutamina, soy poseído por el espíritu de panoramix y
decido preparar la poción mágica, lo mezclo todo con agua, lo agito bien y se
lo ofrezco a Jesús, espero que funcione y por lo menos remitan algo los
calambres. A mí el olor ya me produce náuseas, imposible probarlo, él se bebe
la botellita de un trago.
Descendemos
por el barranco de Andrebod, hasta llegar al cauce de un rio que hoy está seco,
aún así se nota mucha humedad y el calor vuelve a ser sofocante, el sol ya está
bajo, pero la sensación térmica vuelve a ser insoportable, de nuevo sin aire,
de nuevo a sudar como pollos.
El chico de Jaca se descuelga, el descenso no es complicado aunque sí con mucha piedra suelta, alguna de ellas salta a nuestro paso y golpea las piernas. El paisaje es increíblemente bonito, veo a Jesús parado y señalando a la montaña que se encuentra a mis espaldas, me dice que mire el delfín..
Le comento que: ¿Que
delfín? Mientras pienso: “déjame que no estoy yo para delfines ni ostias”,
-Niño mira, que es la leche!!!, cuando me doy media vuelta, compruebo que no me
está vacilando. En efecto, allí tenemos una enorme ventana natural en la roca
con forma de delfín, caprichos de la naturaleza, que nos alegran la vista
durante un buen rato y que si no me avisa me hubiera pasado totalmente inadvertido.
Llegamos
al pueblo abandonado de Otín, llevamos algo más de diez horas, esto se está
haciendo, digamos que: “pesado”, todavía no hemos llegado a ese punto en el que
comienzas a pensar en voz alta, frases del tipo: “estoy hasta los mismísimos”,
pero si es cierto que ir tan despacio y hacer tantas paradas, está convirtiendo
este tramo de carrera en algo tedioso. Nos encontramos con un avituallamiento
que no estaba previsto, únicamente ofrecen agua, llevo en la camebak, pero está
caliente, les pido una botella de litro y medio y me siento sobre una piedra.
Es
ahora o nunca, tengo que obligarme a comer, son ya muchas horas haciendo
ejercicio y las reservas de energía tarde o temprano terminarán agotándose. Tal
vez antes tenga que limpiarlo, bebo sin sed y por supuesto sin ganas más de
media botella, automáticamente vomito, y curiosamente solo echo el agua que
acabo de ingerir. Pues no hay corte de digestión que valga, porque el agua ha
salido igual de limpia que ha entrado, por lo menos me he quedado agusto, y con
la esperanza de que a partir de ahora pueda comer.
Decidimos
partir, no tardará mucho en anochecer y el siguiente tramo es complicado,
completamos una fuerte subida antes de llegar a lo que se conocen como las fajas
de Mascún. La subida sin problemas, sin problemas de piernas, el estómago a lo
suyo, pruebo a comer pero ni de coña, cada intento fallido con la comida se
convierte en un acercamiento a lo que puede ser una retirada y algo de
desilusión llega, imposible no estarlo.
De
acuerdo que hace unas semanas, cuando no sabía si podría correr, hubiera
firmado con los ojos cerrados llegar hasta aquí, pero tampoco contaba con
encontrarme tan bien de fuerzas, comprensible la desilusión…
Nos
cae la noche sin darnos cuenta, frontales a la cabeza y a seguir… el camino es
estrecho, entre uno y tres metros, a nuestra izquierda una pared, a la derecha nada, bueno algo debe
haber pero yo no lo veo, tampoco quiero mirar. Se intuye un acantilado, la
cuestión es que vamos pegaditos a la pared por si las moscas. El suelo comienza
a mojarse por el rocío, se intuye con algo de pendiente, la luz de frontal, aunque
es buena, aplana mucho la superficie. La cuestión es que pasamos por esta zona
sin haber sido conscientes del peligro que entrañaba hacerlo de noche. El
acojono ha llegado después de ver fotografías y videos de corredores que
pasaron por este tramo con luz natural, para muestra un botón: (fotos de
titandesrt y Monrasin)
Y
por fin finaliza esta etapa, llegamos a Letosa, etapa, larga, dura, aburrida,
desesperante, sin duda la peor de todas, creo que más que la dureza ha sido la
cabeza la que no ha acompañado a las piernas, sea como fuere pasamos el
control, nos sentamos unos minutos y volvemos a emprender la marcha.
Séptima Etapa: Letosa – Las Bellostas
Distancia:
7,5 km. Acumulado: 66,10Km
Desnivel
positivo: 550 Mts. Acumulado: + 4.424 Mts.
Desnivel
negativo: 364 Mts. Acumulado: - 3.955 Mts.
Bueno
son algo menos de ocho kilómetros y tan sólo 550 positivos, cualquier día en
condiciones normales en menos de una hora estaría ventilada esta distancia y
este desnivel. Pero ni hoy no es cualquier día, ni hoy son condiciones
normales. Algo me dice que hoy las vamos a pasar canutas….
Noche
cerrada, cielo cubierto, ¿ahora cielo cubierto? Ahora yo me cago en la madre
que parió a las nubes, joder ahora ¿para qué?, ¿Para taparnos la casi luna
llena y privarnos de su luz?, este medio-día necesitaba yo las nubes, que por
su culpa estoy yo como estoy con el estómago, porque de haber habido nubes, el
sol no hubiera calentado tanto, y no yo hubiera sudado como una bestia y
tampoco hubiera bebido tanto y, y, y pero joder ¿qué coño estoy pensando?,
Ustedes me perdonen, pero son muchas horas y ya desvarío. Si estoy mal la culpa es mía y solo mía,
haber entrenado mas, o no haber venido, que nadie te obliga, no te jode… ¿otra
vez hablando sólo?...
La
temperatura ha bajado mucho, puedo ver el vaho que sale de mi boca, hoy las
previsiones para la noche rondaban los cinco grados, yo creo que hace algo
menos, pero tampoco estoy yo ahora para calcular temperaturas.
Jesús
va delante de mí, calculo que a unos 15 metros, creo que va con alguien por que
le escucho hablar, espera un momento eso no es hablar, eso es casi gritar,
acelero un poco la marcha para ver que pasa:
-
Pues te van a dar por saco, porque no pienso parar!!
Pero…
¿Qué dice?
-
Si dueles parado vas a doler corriendo o caminando, me caguen la madre que te
parió!!!
Ah
vale, que está hablando con su aductor…, joder me había asustado, menos mal que no soy el único que habla
solo….
Enlazamos
con dos corredores, uno catalán y otro de Castellón, nos cuentan que se tienen
que retirar en el siguiente punto. Por lo visto no iban a pasar un corte
anterior y como la organización tenía prohibido que nadie transitase por la zona
del acantilado de noche, no les dejo continuar y les obligó a tomar un atajo.
Pues qué bien!!!, pero espera un momento, ¿cómo que no se podía pasar por esa
zona de noche? Si nosotros dos hemos pasado!!!, yo no entiendo nada.
Nos
volvemos a juntar y a caminar codo con codo, los nuevos compañeros se quedan
atrás, al poco rato nuevos calambres, paramos, seguimos, nos adelantan, sus
luces desaparecen entre los árboles, ya paso de mirar al suelo me da igual
pisar barro, raíces o piedras. Jesús vuelve a irse unos metros, pinchazo en el
estómago, grito de dolor, me pregunta, - tranquilo es flato! Qué coño va a ser
flato si vamos a 2 por hora!, bueno yo que sé, algo tenía que decirle, el caso
es que es un dolor parecido, continúo cerca de un kilómetro con el dolor, (un
kilómetro o cien metros yo que sé, de noche, sin referencias, con 14 horas en
las piernas y ocho sin probar bocado, como para calcular distancias). La verdad es
que a veces el dolor aprieta, vuelvo a enlazar con Jesús, de nuevo estirando,
joder niño estamos hechos una mierdecilla, yo creo que no voy a seguir, cuando
llegue a Bellostas creo que lo dejo.
Silencio
absoluto, tampoco esperaba una respuesta, pero lo cierto es que ya no estoy
disfrutando. No me importa sufrir en carreras de este tipo, en cierto modo me
gusta ese toque de sufrimiento, gestionar el dolor, luchar contra él, sobreponerte
y por supuesto vencerlo, es parte de la carrera, pero esto ya no es sufrir,
esto es un sinsentido.
Deben
quedar un par de kilómetros para llegar a Bellostas, creo que
inconscientemente, al pronunciar las palabras del abandono, la presión ha
desaparecido y a su vez hemos cambiado el chip, no es lo mismo pensar que te
faltan una treintena de kilómetros a pensar que restan sólo dos. Supongo que,
también de manera involuntaria, algo te dice que esto se acaba, que tu sueño llega
a su fin y es como si quisieras o debieras aprovechar y disfrutar todos y cada
uno de los metros que faltan por cubrir. La cuestión es que los dolores
remiten, escucho silbar a Jesús, y me sonrío, será mamón!! Se acaba de marcar
una canción y no ha fallado en una sola nota, este se ha comido un jilguero
fijo, y luego las risas claro… Joder momento concierto para el recuero niño,
bueno ese y muchos otros, pero como dijimos: lo que pasa en la montaña, se
queda en la montaña.
Escucho
ruido tras de mí, una luz blanca se mueve rápido, muy rápido, ¿Quién puede ser
a estas horas? y sobre todo: ¿a esta velocidad?, cuando llega a nuestra altura,
entre jadeos suelta un:
-
Hola chicos, ¿Qué tal?, soy el corredor escoba, sois los últimos de carrera.
-
A pues qué bien…, espera un segundo, - ¿Como que los últimos?, había muchos
corredores detrás de nosotros, no es posible que todos hayan abandonado.
-
No hay nadie detrás, créeme.
-
No es posible, nos sobra más de hora y media para el cierre en este punto, los
que vinieran detrás podrían pasar este corte.
-
Sí, pero todos los que venían iban a transitar por la zona peligrosa de noche y
no les hemos dejado pasar.
-
pues nosotros la hemos pasado con los frontales.
-
no es posible.
-
bueno si tu lo dices….
El
chico, me mira con cara de no creerse lo que le digo, nos pregunta que tal vamos,
le ponemos al día y le decimos que abandonamos, nos comenta que no vamos mal de
tiempo, pero que si nos encontramos mal mejor retirarse. Es cierto que lo más
duro en cuanto a desnivel, ya lo hemos pasado, pero una treintena de kilómetros
estando mal, son otras seis o siete horas, eso en el mejor de los casos.
Compartimos
charla durante otros veinte minutos y finalmente llegamos a Bellostas, una nave
en mitad de la nada. Allí nos encontramos con el catalán, con el de Castellón y
con otra docena de corredores, unos han llegado por su píe y otros en coche,
unos retirados por voluntad propia y otros obligados por la organización. A los
quince minutos de llegar, tres corredores salen rumbo al siguiente puesto de
control, el corredor escoba pregunta si alguien más va a salir, quiere tenernos
controlados a todos y saber quien abandona y quien sigue, de todos modos nos
comenta que todavía no sale, que lo hará en quince minutos…
Disponemos
de una ambulancia, la enfermera se interesa por mí, la comento que estoy bien,
que es el puñetero estómago, me ofrece una cazadora y una manzanilla, - si por
favor!!! Miro la mochila y los bastones que acabo de dejar tirados en el suelo,
por un momento pienso que la manzanilla viene bien para la tripa y seguro que
me sienta bien y recupero. La espero impaciente, tengo que quemar el último
cartucho, por fin llega, primer sorbo y primera arcada, joder, joder, tengo que
tomármela como sea, sé que me va a sentar bien, pero soy incapaz de hacerlo…
Salgo
de la nave con el vaso de plástico lleno del líquido que debería ser mi
salvación, deambulo de un lado para otro, me alejo un centenar de metros, joder
estoy bien, tengo las piernas perfectas, intento beber, intento vomitar,
imposible, ni entra ni sale nada, me vuelven los pinchazos en la tripa. El
cabreo conmigo mismo es considerable, ataque de ira, tiro el vaso a tomar por saco,
la manzanilla derramada por el brazo, recojo el plástico, no voy a dejar basura
en mitad del monte, que él no tiene culpa de nada. Me resigno, esto se ha
terminado, vuelvo a la nave, observo a Jesus, con la mirada nos lo decimos
todo, nuestra aventura se ha terminado, la frustración da paso a una enorme
pena, también puedo verla reflejada en su rostro. Le animo con la intención de
que esos ánimos me sirvan también a mí, diciéndole que ha sido una experiencia
única, irrepetible, y que debemos estar contentos y tremendamente satisfechos,
por haber tenido la suerte de vivir algo así, pero sobre todo, por el esfuerzo,
por haberlo intentado con todas nuestras fuerzas. La tristeza se torna
frustración y después en satisfacción. Es verdad lo hemos intentado más allá de
nuestras posibilidades, por lo tanto debemos estar y sentirnos orgullos.
Un
mini-bus nos llevaría de regreso a la meta en Alquezar, hora y media esperándole,
mas otra hora larga de viaje que se hace interminable. La llegada a la meta se
hace dura, contaba con este momento, ver el ambiente, los corredores que van
llegando, la alfombra que nos hubiera llevado hasta el arco de meta, ese que
deberíamos haber cruzado… Complicado digerir ese instante… La parte positiva es
ver llegar a los colegas, Rafa, Vicen y Alberto, consiguen llegar a meta, emoción
a raudales, Enhorabuena chicos!!!, también a Sergio que finaliza la long-trail
de 50 kilómetros.
Al
final han sido: 66,10 kilómetros recorridos, con un desnivel positivo de 4.424
metros y el negativo de 3.955 metros, empleando un total de 15:20 horas. Los
días siguientes físicamente hablando, en perfecto estado, ninguna molestia,
ninguna secuela, por no tener ni agujetas, hecho que nos confirma las buenas
sensaciones en carrera y la certeza de haber podido terminar la carrera. Por un
lado contento, pues es señal que habíamos entrenado lo suficiente, pero por
otro cabreado porque, de no ser por estos problemas, sabemos que el sueño de
terminar se hubiera convertido en realidad, pero no vale la pena perder el
tiempo en lamentos, esto es deporte y como tal lo aceptamos. Curiosamente mi
primer abandono ha tenido lugar en la única carrera donde no te tenido dolores
ni molestias en las piernas, tampoco llegó y mira que lo esperé, ese
agotamiento físico, no hubo pájaras, no hubo muros que derribar. Por mucho que
conozcamos nuestros cuerpos, en según qué situaciones se comportan de una
manera u otra, lección aprendida para el futuro. A día de hoy sigo sin saber
que pudo pasar, corte de digestión, golpe de calor, bajada de tensión, nervios
previos que no salieron como otras veces… La cuestión es que me pasé la noche
comiendo y bebiendo como no recuerdo, y lo mejor es que todo me sentó bien, más
extraño todavía…
Las
conclusiones de la carrera…. Pues ahora en frio, todo se resume en una palabra:
Satisfacción, me siento totalmente satisfecho, por el esfuerzo, por intentarlo
con todas mis fuerzas. Y por supuesto muy contento por haber vivido esta experiencia/aventura,
en un entorno con una belleza inusual y sobre todo por hacerlo con un muy buen
amigo.
La
organización ha sido perfecta en casi todos los sentidos, el recorrido perfectamente
balizado, imposible perderse, o por lo menos complicado hacerlo, el único pero
podría ser la zona que atravesamos de noche, considero que es un riesgo
innecesario. Los avituallamientos, si los comparamos con otras pruebas de este
tipo algo justos, aunque a mí particularmente me sobró toda la comida. Al día
siguiente la organización nos invita a todos los corredores a lo que llaman la
comida de la hermandad, un cocido montañés, una enorme barbacoa y postres
típicos de la zona, detallazo en toda regla. Allí nos encontramos con muchas
caras conocidas del día anterior, corredores con los que compartimos algún que
otro kilómetro. Nuestro amigo “el francés” nos llena de abrazos, volví a contar
otra docena de “gracias”, se encuentra totalmente recuperado y nos alegramos
por ello.
Los
voluntarios sin lugar a dudas lo mejor, gente que ama la montaña y que le
dedican muchas horas, algunos incluso días, para que todo salga perfecto.
Cuanto
más corro por la montaña, más disfruto de ella, allí arriba no hay cabida para los
problemas cotidianos, todo es puro, cualquier pequeño detalle adquiere, en
según qué circunstancias, un valor incalculable. La montaña hace que te sientas
pequeño a veces insignificante, pero siempre termina recompensándote. La
seguiré respetando, la seguiré amando, gracias por todo…
Madre míaaaa qué aventura Javi!!!! vamos da para un libro!!! :-) ahora en serio, tantas cosas, primero que no puedes desayunar, luego el estómago dando guerra...que mucho aguantáste sin comer nada sólido en carrera a la verdad, hasta habéis tenido tiempo para darse un chapuzón que os sentó de fábula, la cerveza, la doctora que no te dejaba ir, y tras eso hacer ese tramo de noche con frontal! vamos sois unos titanes!!!
ResponderEliminarEs curioso que lo que menos esperabas no te dejó terminar la prueba, pero ambos lo intentaste y habéis dado todo, por esa simple razón os debéis sentir muyyy contentos y vamos con nueva lección aprendida!
Para la próxima llevate tu protector estomacal para evitar sorpresas :-)
Me imagino que ya tienes en mente el próximo objetivo!
Por cierto, buen gesto de recoger el vaso de plástico :-)
Estás hecho de otra pasta no lo olvides!
bss
Tania
Muchas gracias Tania, sé que es una crónica larga, y eso que ha sido la versión resumida jijiji, bromas a parte, es que un ultra, da para mucho, son tantas sensaciones, tantas emociones las que se viven, que es por eso que estas carreras son tan especiales.
EliminarLo del protector gástrico no es ninguna tontería, conozco a gente que toma antes de salir omeoprazol, se come muchas "guarrerías" durante la carrera, y el estómago se resiente, yo nunca lo he tomado pues nunca tuve problemas pero será cuestión de planteármelo para la próxima.
un fuerte abrazo compi
Pués si tu estás satisfecho y contento con la carrera, yo también. La verdad es que fue una lástima que lo tuvieseis que dejar ahí y por el motivo que fue. Una de las cosas que mas me gusta de este tipo de carreras es eso, que hay cientos de variables o situaciones con las que tienes que tratar, no vale siemplemente que hayas entrenado bien.
ResponderEliminarEnhorabuena Javi.
P.d. Esta carrera tiene muy buena pinta, me la anoto.
Me acordé mucho de ti Dani, ya se lo que sentiste cuando te retiraste, recuerdo que te decía: bueno tio no pasa nada por retirarse, has luchado, etc. etc pero si pasa si jejeje.
EliminarYa lo creo que hay muchos factores... y tantos.. pero eso es lo que las hace especiales.
totalmente recomendable la carrera, te gustará, si tienes la oportunidad de hacerla, ni te lo pienses ;-)
muchas gracias socio, un fuerte abrazo
Vaya crónica que te has marcado macho. No se si invertiste más tiempo en la carrera o en escribirla, eso si, lo que ha quedado clarísimo es que la carrera pasa por unos sitios impresionantes.
ResponderEliminarEs una lástima lo del abandono, pero creo que fue lo mejor. Incluso, siendo serios, deberías haber abandonado antes, pero claro, eso es más fácil decirlo que hacerlo.
En fin, ahora a descansar un poco y a pensar en nuevos objetivos.
Pues sí, en correrla fueron algo mas de quince horas, pero te aseguro que en escribirla han sido más, son tantas emociones durante tantos kilómetros, tantos paisajes que cuesta ordenarlos todos.
EliminarSe que debí dejarlo antes, pero no se puede retirar uno al primer: no puedo más, hay que esperar por lo menos al cuarto o quinto "no puedo más", entonces ya se puede uno plantear el abandono, pero no antes. En efecto decirlo resulta fácil, pero amigo.... hacerlo cuesta tanto....
Descansar lo que se dice descansar más bien poco, no he tenido ninguna secuela, estas carreras si te las tomas con tranquilidad no dejan daños, lo he pasado infinitamente peor en los post-maratones donde vas a muerte y luego te tiras tres semanas fastidiado. Nuevos retos? algo hay en mente, ya veremos por donde tiramos ahora ;-)
un fuerte abrazo y mucha suerte para tu próximo reto.
Que quieres que te diga Javi, que no has cruzado la meta psssss me da un poco igual, ahora, no me da tan igual la sonrisa que gastas en todas las fotos, esa sonrisa que hacia tiempo que no veia y que significa que estas volviendo a disfrutar, y te lo mereces.
ResponderEliminarQuedate con lo positivo, el entreno, las dificultades superadas, el correr con un amigo, LA SONRISA, verte fuerte...
Nuestro cuerpo no es solo piernas, muchas veces ignoramos que tambien cuenta lo que pasa de las piernas "parriba".
La meta, aunque duela no cruzarla, la has pasado, y es volver a disfrutar.
Cual es la siguiente?
Un abrazo
Pues con eso me quedo tocayo, con todo el disfrute, sin lugar a dudas he ganado mas que he perdido, he vuelto de la montaña con la sensación de ser mejor corredor, mejor persona. Con cuerpo y mente totalmente renovados.
Eliminarla siguiente... tengo que pensarlo, me sobran retos o me falta tiempo una de dos, pero algo hay ;-)
un fuerte abrazo Javier.
Muchísimas gracias por el viaje JAvi , me has tenido delante del ordenador, como si lo viviese en primera persona, esa bajada a los infiernos y esa subida a los cielos. Eres muy grande socio. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchisimas "de nadas" Tomás, me alegra mucho que hayas disfrutado de la lectura, de eso se trata de intentar plasmar todas la vivencias, para dentro de muchos años poder volver a revivirlas mediante estas letras.
EliminarUn fuerte abrazo Tomás
Te voy a dar un collejon cuando te vea que se te van a quitar las ganas de hacer el burro. Si soy yo la doctora te pinchó una anestesia para no moverte de allí Jajajaa
ResponderEliminarEso si, me has tenido superentretenido con la aventura, un abrazo enorme Javi
yo creo que la doctora se quedó con ganas de agarrarme de la pechera y darme cuatro voces, pero al final se cortó, madre, madre con que cara me miraba jijiji.
EliminarMuchas gracias Sergio.
Eres un maquina como la copa de un pino pisha , con todo lo que te has tragao no le pongas ni una puta pega , animos y apor la proxima que no dejas de sorprenderme , un fuerte abrazo
ResponderEliminarBueno Barroso, no es para tanto, no hice nada que no hubiera hecho cualquier otro, correr y disfrutar lo que me dejaron,
Eliminarun abrazo pisha...
Uffffff!!!! Muy buena crónica...me has tenido con el corazón en un puño......
ResponderEliminarLo mejor el final, es decir, has sufrido pero la palabra con la que has resumido la carrera es satisfacción.
Y ahora como somos "mu jartibles" a pensar en la siguiente.
ENHORABUENA CAMPEON!!!!!
Muchas gracias Juan, me alegro que hayas disfrutado con la lectura, en efecto así me siento: satisfecho, no tengo reproches que hacerme, la siguiente ya se está preparando ;-)
Eliminarun fuerte abrazo socio
Javi desde luego ha sido una carrera imborrable, lo de única e irrepetible filosóficamente hablando, pues en el mundo real me figuro que volverás a rematarla.
ResponderEliminarEl estómago es despues de la cabeza y las piernas el gran enemigo en los ultras, cualquier pequeño detalle le puede alterar y se te ha terminado la carrera.
Lo importante es que has disfrutado y corrido como hacía tiempo no podías, quedate con esas sensaciones y me figuro que pronto estarás involucrado en otra aventura.
Totalmente de acuerdo en la relatividad del tiempo, en la montaña es un concepto totalmente astracto y que no aporta nada.
Lo que menos me gusta del concepto europeo y particularmente español a la hora de diseñar un recorrido son los tramos "al borde del avismo", sobre todo porque en la mayoría de los casos pueden ser evitados.
Socio espero coincidir contigo en cualquier momento por nuestras montañas.
Pues no te digo yo que no vuelva a rematar la faena, aunque no soy yo de repetir carreras, nunca se sabe.
Eliminarhable de ti en plena carrera, en el avituallamiento del km 45, cuando estaba jodido, vi a un chico de los locos del cerro, que estaba de voluntario en ese puesto de control, decía que me conocía y a mi también me sonaba su cara, la cuestión es que los dos te conocíamos y estuvimos charlando un rato...
La carrera como tal pues una castaña pilonga, pero las sensaciones han colmado todas mis expectativas, con lo que muy contento.
Muchas gracias compañero, un fuerte abrazo
Lo único que puedo decirte es que te quiten lo bailado, experiencias como esa son las que no se olvidan y tu la has disfrutado a tope.
ResponderEliminarA ivan le ha pasado un par de veces lo del estomago y es una put.. Porque ya estamos hablando de cosas que no dependen de ti,
Aún así enhorabuena, te lo has currado mucho, tanto tu como Jesus, que no me olvido.
El ultra es una de mis asignaturas pendientes y espero algún día poder hacerlo.
Besazo y felicidades!!!
Muchas gracias Ana, de mi parte y de la de Jesús,
Eliminartu asignatura pendiente? conociéndote... creo que no tardarás en pasar la barrera de los 42 en la montaña, ni te lo pienses, no te defraudará.
un fuerte abrazo compi
Antes de todo darte las gracias por la crónica, como bien dice Tomás, hace vivir esa aventura en primera persona. En cuanto a lo de llegar es lo de menos, cuando se disfruta tanto del camino recorrido. Ahora a pensar en el próximo desafío, que seguro, disfrutarás preparándolo. Ya sabes, tengas sueños grandes o pequeños, lo importante es soñar. Un abrazo, kilómetros y salud compañero!
ResponderEliminarGracias Nachete, me alegro que hayas disfrutado con la lectura, bueno llegar es importante, para eso corremos, no puedo decir que me dé igual llegar o no hacerlo, tengo que ser honesto, hubiera dado lo que fuera por llegar, pero si es cierto, que si el resto de la carrera ha sido como lo esperaba, la retirada se hace menos dura.
EliminarUn fuerte abrazo socio
Ya desde que vi el vídeo cuando dijistes de correrla, se me pusieron los vellos de escarpias.....ahora comprendo que es una aventura muy complicada...se me ha hecho durilla su lectura pensando en su posible final. Si tu estás satisfecho, eso es lo que cuenta.
ResponderEliminarFelicidades por haber llegado allí y afrontar ese reto.Realmente te veías bien, lástima del estómago. Un abrazo, ah¡ y descansa de esos retos un tiempo..jeje
Muchas gracias Juan, bueno siempre son complicadas estas pruebas, y hay que ir preparado para todo, para lo bueno pero también para lo malo, y luego hacer balance, en este caso gana lo bueno por goleada ;-)
Eliminarun fuerte abrazo
Menuda locura de crónica y de carrera!!... Desde el chapuzón hasta la fatiga..luego seguir y luego llegar hasta donde se pudo
ResponderEliminarFelicidades porque has vuelto a demostrar lo grande q eres!!....y lo chiflado q estás!
Un fuerte abrazo
Gracias Pancho, se hizo lo que se pudo, un poco zumbaos si estamos si jejeje, un fuerte abrazo socio
EliminarLas carreras largas se corren con la cabeza, las piernas y el estómago, y yo creo que tan importante es una como otra, quédate con la experiencia de haber hecho una ultra durísima de 70 kms. que te servirá en la siguiente que seguro ya estás planeando. Un abrazo.
ResponderEliminarCierto Miguelillo, creo que he acumulado experiencia en esta carrera, que espero me sirva para futuros retos similares, siempre se aprende algo, sobre todo en las derrotas,
Eliminaralgo hay en mente sí, pero todavía no tengo nada decidido.
un fuerte abrazo compañero
Increíble carrera e increible crónica.Que bien escribes jodio.
ResponderEliminarCuando ya se juega en estas ligas, lo experimentado en una de estas jornadas va mucho más allá del tema de cruzar bajo un arco de meta o conseguir tu diplomita.
Has vivido una experiencia única. Has disfrutado de un entorno espectacular por montana, has luchado durante horas contra tu pinche estómago que no tenía derecho a liártela así justo en este día.
Y encima has compartido la aventura de principio a fin con tu colega. Que coño, si hasta habéis salvado a un gabacho de morir de desnutrición en mitad de la montaña.
Que más dará haber completado 70, 80 o 100km. Eres un titán y cualquiera que lea tu crónica, no podrá pensar otra cosa.
No veas la envidia que nos das a los que no tenemos el valor suficiente para inscribirnos en una pruebas de este tipo.
ENHORABUENA tío grande!!!
Un abrazaco compi
Muchas gracias Vicen, bueno no se, uno días pienso que da igual hacer 60 o 90 km, pero otros únicamente me vale cruzar la meta, sea como fuere hay que mirar siempre la parte positiva, y por suerte esta carrera me ha dejado muchas cosas positivas. Dejate de envidias que menuda la que te hiciste tu con los tarahumaras, eso si que fue épico y en un entorno de flipar.
Eliminarun fuerte abrazo socio
Javi, lo importante no es la meta, lo importante es el camino para alcanzarla, y en el camino encontraste la aventura y una experiencia única. A pesar de lo que pudiera parecer un mal final yo he sentido envidia por no haber estado allí con vosotros, y el final no es lo más importante en este tipo de carreras, sí lo son las increíbles vivencias.
ResponderEliminar¡¡¡Enhorabuena!!!
Gracias tocayo, estuve dudando si acudir a la cita, pensando que los entrenamientos no fueron los necesarios y con el temor a una posible retirada, finalmente hubo retirada pero por otras causas, de todos modos me hubiera arrepentido toda mi vida de no haber ido y sobre todo por haberme perdido todo aquello.
Eliminarun abrazo socio
menuda crónica... he necesitado dos días para leerle. Me quedo con tu último párrafo. Menudas vivencias, buenas, menos buenas... y lo de la cerveza es impagable ¡¡a disfrutar!! "todavía" se me hace lejano e inasequible ultras como ésta- Y está entrecomillado...
ResponderEliminaryo he necesitado una semana para escribirla jejeje,
Eliminarla vivencias increíbles tio... "todavía se te hace lejano" si si, ya veo yo lo lejano que lo tienes, se te nota a la legua que no vas a tardar mucho en hacer una de estas, además estás preparado de sobra para intentarlo...
Lo de la birra en plena carrera... yo se que es totalmente inapropiado, vamos que jamás hubiera imaginado que alguien se pudiera tomar un tercio en plena carrera, pero lo cierto es que me sentó genial, y no solo eso, si no que además recuperé y sé que fue gracias a la coca-cola y a la birra.
con ese calor... y estaba tan fresquita... que no pude resistirme a la tentación... pero que conste en acta que eso: no se hace ;-)
He disfrutado con tu crónica como una enana. Hasta el final me habéis tenido en vilo... os imaginaba volviendo a correr después del punto de control. ¡Da para una película y más!
ResponderEliminar¡¡Carrera con chapuzón incluido!! ¡ Ymenudos paisajes!
La verdad es que con las fotos casi me parecía identificar y todo el agua de la cascada…
Me ha gustado eso de que un ultra saca lo peor y lo mejor de uno mismo: como la maternidad/paternidad :-)
Y lo que habéis vivido durante esas 15 horas no os lo quita nadie, ha sido brutal.
Aunque os quedárais a poco de acabarla, creo que hicistéis lo correcto, cuando eso ya empieza a ser un "sinsentido" ya no vale la pena seguir.
Un abrazo
Media hora después de llegar al último puesto de control, y teniendo ya decidido que no seguíamos... todavía, había, o mejor dicho, todavía seguíamos buscando un atisbo de oportunidad a la que agarrarnos, pero hay momentos en los que toca ser sincero con uno mismo y tomar la decisión correcta, aunque ésta no sea la que deseamos. Y haciendo ese examen de conciencia ésta nos decía que llevábamos ya 5 horas haciendo el insensato, así que nos tomaremos esas cinco horas como un regalo.
Eliminarmuchas gracias Gemma, me alegro que hayas disfrutado, con que lo hayas hecho el 10 por ciento de lo que yo lo hice me doy por satisfecho.
un fuerte abrazo compi
Vaya aventura. Muerte, resurrección, muerte. Es lo que tienen estas ultras, no hay ritmos, hay avance. Cualquier cosa puede fastidiar todo el esfuerzo, pero lo conseguido está ahí. Leo estas crónicas y hacen que parezca fácil, pero es muy duro. En solitario hubiera sido un infierno, un día entero por ahí. Y ¿qué decir de los paisajes? Maravilloso.
ResponderEliminarEn solitario hubiera sido un imposible, estas carreras ya son duras de por si, como para hacerlas en solitario.. El mini-yo se pone las botas si te ve solo.
EliminarRitmos? hay momentos en los que no sabes ni la hora del día en la que te encuentras, lo importante como bien dices, es avanzar, sólo eso...
un abrazo Gonzalo
Qué agusto te metía yo también unas collejas.
ResponderEliminarSinceramente, una vez que te dieron el primer stop y pasaste de él me ha dejado de gustar la crónica. Cada uno es muy suyo para suicidarse como cada uno quiera, pero no voy a participar en ese juego tan típico de redes sociales de llamar heroicidad a tu decisión de continuar (contra el criterio de la enfermera)
Creo, y sólo es mi opinión, que el critero de una tercera persona que en ese momento no está influida por tus deseos de ser finisher, y más si es personal sanitario, debe ser obedecido de inmediato.
Pero bueno, continuaste y no pudo ser, me imagino que te fastidiará, pero el trail es así de duro y de cruel
El principio de la crónica, con sus fotos y sus paisajes, espectacular
Y me encanta cómo lo has narrado, ahí si, te has ganado del premio y no en forma de colleja jajajaj
Un abrazo
Ya sabía yo que por tu parte me iban a caer collejas a diestro y siniestro jijiji
EliminarVisto desde fuera puede parecer una insensatez, es evidente que la opinión de un facultativo es importante y hay que tenerla en cuenta, pero no es menos cierto que como uno mismo no se conoce nadie, digamos que cada uno sabe como funciona su cuerpo y sabe hasta donde puede llegar, de hecho en el 66 dejé de correr... pero vamos que acepto la crítica y más viniendo de ti ;-)
un abrazo novatillo
Hola Javi!!! Pedazo de crónica la que te has marcado. Me alegra ver que a pesar de no poder terminar la prueba estés satisfecho, ese es el verdadero espíritu del deporte. Lo has luchado que es lo que importa y la experiencia ha sido una pasada. Enhorabuena y s preparar el próximo reto. Un abrazo compañero.
ResponderEliminarHola Felipe, después de lo vivido no podría tener otro sentimiento que no fuera el de satisfacción por el esfuerzo y sobre todo por lo vivido. además de las derrotas o de los errores también se aprende, a decir verdad es de donde más se aprende, y la única manera de coger experiencia es corriendo. muchas gracias compañero un fuerte abrazo.
EliminarVaya crónica Javi, he disfrutado mucho leyéndola. Enhorabuena por lo vivido y por esos momentos buenos. No te puedes reprochar nada de nada, lo has intentado y casi lo consigues. Has demostrado mucha valentía y pundonor. Felicidades campeón y a por la próxima.
ResponderEliminarMuchas gracias Angel, me alegro que hayas disfrutado con la lectura, la próxmia no tardará mucho en caer, aunque todavía no tengo claro donde me llevarán las zapatillas.
Eliminarun fuerte abrazo compañero
Ese Javiii!!! Pero que grande!!!
ResponderEliminarTu crónica me ha puesto los pelos de punta y pese a no haber podido acabar, te doy la enhorabuena porque es una auténtica pasada lo que has hecho.
Hay días en los que el cuerpo no está bien y no se puede hacer nada. Si tienes la desgracia de que uno de esos días te coincida con el día que te planteas hacer una carrera (o una ultra como esta) pues te fastidia la carrera y no puedes hacer nada.
Aun así, por tu crónica veo que hasta el mismo momento del abandono y pese al estómago, ha habido disfrute del bueno y al final eso es lo que te llevas y lo grande de preparar una aventura como esta.
Un abrazo muy fuerte y espero que lo consigas la próxima vez. Pese a todo, eres un campeón!
Muchas gracias tocayo, pues coincido contigo, unas dosis de buena suerte siempre son necesarias, es un factor en el que no creo mucho, si es cierto que a veces parece que todo se pone de tu contra. De todos modos prefiero pensar que algo hice mal, en vez de echarle la culpa a la mala suerte.
EliminarSeguiremos intentándolo...
Intentare resumir aunque sabes que yo me enrollo mucho:
ResponderEliminarSin palabras me dejas, si leer tu crónica del Veleta me dejó los pelos de punta, leer esta ha sido mucho más duro aún. Como nos gusta sufrir, es lo que nos toca a los que hacemos o intentamos hacer ultras, el cuerpo nunca sabes como va a reaccionar.
Me siento orgulloso de tí compañero y me estoy hasta emocionando escribiendo esto, porque muchas de tus sensaciones las hemos sufrido muchos en nuestras propias carnes y sabemos lo que es el quiero pero no puedo...
Espeluznante lo del acantilado, genial y disfrutando del baño y de la cerveza, acojonado me dejaste con la tensión tan baja (se que es de locos pero yo tampoco habría hecho caso al medico y como tu lo hubiera intentado una vez más...)
Una crónica agridulce pero los que nunca lo han intentado nunca sabrán lo que son esas sensaciones y sentimientos tan extremos, gloria, abatimiento, sufrimiento, disfrute, luchar contigo mismo, pensar en voz alta y hablar solo para auto-animarte.
Piensa que si no te crees grande por no haberlo podido terminar, eres aun mucho más grande aun por haberlo intentado con todas tus fuerzas y en las condiciones que te encontrabas, otros por mucho menos hubieran tirado la toalla mucho antes que tu.
Gracias por compartir tu vivencia.
Un fuerte abrazo y no te sientas mal ya que eres mucho más grande de lo que te piensas.
Te quiero ver a mi lado en la próxima Madrid-Segivia, preparaté bien que esta vez no quiera escusas.
Muchas gracias Peñu, en efecto es fácil pensar o decir en frio, lo de: si tengo que retirarme, me retiro sin problemas, pero cuando estás allí, cuesta mucho hacerlo, no has entrenado durante meses como una mala bestia para ahora retirarte a la primera de cambio, yo siempre digo que para retirarse en una carrera hay que pasar antes por 4 ó 5 " no puedo más"
Eliminarde no hacerlo así me hubiera retirado en mas de una carrera, de todos modos en esta ocasión creo que hice lo correcto, no me arrepiento de nada, ni de haber continuado en el 40, ni de haberme retirado en el 66.
Con lo de la M-S no se, no se, no me gusta repetir carreras, y es que la Madrid- Segovia es muy planita, aunque no la descarto, pues también guardo muy buenos recuerdo de esa carrera.
un fuerte abrazo socio,
Madre mía, q aventura! En los ultras la mayoría de abandonos q he visto han sudo por el estómago. Creo q en pruebas tan largas la estrategia de alimentación e hidratación es fundamental, no vale improvisar, o al menos esa es mi opinión. Mucho ánimo para la próxima y por los menos te llevas las mochilas llena de momentos irrepetibles y paisajes de ensueño junto a Jesús. Muaaaaa
ResponderEliminarPués a mí es la primera vez que me sucede, en otras ocasiones si había tenido problemas musculares, calambres, algún esguince, pero el estómago nunca. coincido contigo, en estas carreras no se puede dejar nada a la improvisación, todo tiene que estar atado y bien atado, y en verdad todo iba perfectamente planeado.
Eliminarmuchas gracias Celi, un fuerte abrazo
Madre de mi vida, lo que da de si un ultra...... y eso que no lo terminaste!!!!!!! Me ha encantado leerte, creo que ha sido la crónica más larga que he leído en mi vida jajajajaja. Lo has intentado, te merecías una buena carrera y eso es lo que has tenido. Porque aunque no cruzaras la meta has vivido algo que millones y millones de personas ni soñarán nunca. Deberías haber parado cuando te lo indicaron, eso por supuesto, pero ya sabemos lo cabezón que puedes llegar a ser. Un abrazo crack
ResponderEliminarEso mismo pensé yo, jejeje si llego a terminar me salen otras cinco páginas mas :p
EliminarTal vez si debí parar cuando me indicaron, pero bueno lo hecho, hecho está...
muchas gracias Isaac, un fuerte abrazo.
Pues mi enhorabuena total, has hecho lo que has podido y factores "externos" te han impedido acabar. Los problemas de estómago parecen ser bastante habituales en pruebas de este tipo (yo nunca los he tenido) y poco se puede hacer.
ResponderEliminarDebes tener la satisfacción de haberlo intentado e ir físicamente bien.
Lástima, porque la crónica detallada bien servía para quien vaya a hacerla otro año.
Salu2 y un abrazo
Muchas gracias Juan, hasta esta carrera yo tampoco los habia sufrido, pero alguna vez tiene que ser la primera, leccion aprendida para la siguiente.
EliminarLo de la crónica tambien lo pense yo esos kilómetros que faltaron para los que vayan tendrán que hacerlos sin información :-)
un fuerte abrazo socio
Joder leyendo tu cronica se me ha pasado la hora del masajista, las ultras tienen su miga solo el que las hace sabe de lo que estamos hablando y te puede pasar cualquier cosa asi que terminarla es un exito independientemente del tiempo empleado... siento mucho lo que te paso el estomago es muy importante en las largas distancias.
ResponderEliminarYo de momento estoy salvando bien los obtaculos.
Gracias Rafael, es cierto los ultras son distintos a cualquier otra cosa, hay demasiados condicionantes, demasiadas horas como para que no ocurra algo, algunos contratiempos podemos solucionarlos sobre la marcha pero otros están fuera de nuestro alcance. A ti te veo pletórico últimamente,
Eliminarun fuerte abrazo compañero
Bueno Javi te voy a decir la verdad, he cogido y dejado la crónica por lo menos tres veces hasta encontrar el momento adecuado y poder leerla del tirón. La verdad es que he sufrido porque se lo que es una Ultra tan larga y lo que me sorprende es que en esas condiciones fueseis capaces de llegar tan lejos. Creo la decisión de abandonar fue la correcta, quizá un poco tardía pero hay somos todos iguales de cabezotas.
ResponderEliminarDespués de tantos días supongo que ya estarás recuperado y espero que para el año que viene puedas disfrutar en condiciones y si coincidimos mucho mejor.
Un abrazo amigo.
No se si fue la correcta, desde luego no hay día que no me arrepienta de ello, aunque me queda el consuelo, cuando lo pienso, de no retirarnos a la primera de cambio y sobre todo de intentarlo con todas nuestras fuerzas, hice lo correcto si, pero que jodido es esto de las retiradas.
EliminarRecuperado al cien por cien desde el día siguiente, las piernas no sufrieron en carrera y no hubo secuelas, ya estamos de nuevo dando saltos por el monte.
Espero coincidir en alguna joder que hace mogollón que no nos vemos
un fuerte abrazo socio