Incertidumbre….
Este ha sido el sentimiento que más he tenido durante la semana previa al que
ha sido mi noveno maratón de asfalto, el motivo una sobrecarga en el soleo que
me ha tenido siete días totalmente parado. Siendo sinceros he de decir que no
me preocupaba estar una semana, aunque ésta fuera la última de plan, en el
dique seco. A fin de cuentas tenía programadas tan sólo dos salidas, con lo que
el descanso, después del tute que llevaba no vendría del todo mal. Lo que me quita
el sueño es el no saber cómo responderá la pierna durante los 42 kilómetros, si
el descanso forzoso y si las sesiones de fisioterapia exprés han sido
suficientes para afrontar la distancia tal y como deseo. Cierto es que a la
cita acudo sin dolores, alguna que otra molestia pero nada que ver con estos
días de atrás.
A pesar de todo, lo
único que tengo claro, es que voy a correr según lo previsto, el plan está
trazado desde hace tiempo y debo, más que debo, necesito llevarlo a cabo, cuanto
menos intentarlo. No sé hasta dónde llegaré, pero tengo claro que donde llegue lo
haré corriendo del modo como he entrenado. El plan está claro: si todo transcurre
como debiera, intentar llegar a meta por
debajo de 3:20, y si el gemelo no aguanta… nada de heroicidades, retirarme y listo… Al final, como el
maratón no es una ciencia exacta y sí muy caprichoso …. No ha sido ni una cosa
ni otra.